El silencio y la tranquilidad del campo no son cosas que llamen mi atención, prefiero estar en la playa rodeada de la bulla y risas de cientos de personas que disfrutan tanto ó más que yo el mar.
Pero todo cambió un día de Mayo de este año, cuando en el curso de Comunicación Turística me mandaron de viaje a cualquier lugar. ¿Mi destino? Matucana, sin lugar a dudas un regalo de la naturaleza.
Matucana es un paraíso ecológico ubicado en el Valle del Río Rímac donde todos pueden disfrutar de las bondades naturales y de distintos deportes de aventura que volverán locos a más de uno. Pasando claro por su rica comida y sus tragos típicos. Claro que ir acompañada de tus amigos como lo hice yo, puede hacer más divertido el viaje.
Ir a Matucana es una experiencia única donde pude conocer La casa Gallo que dejó de ser habitada hace más de 100 años pero sigue igual de intacta, así como la Catarata de Antakallo, que si la vez con tu pareja, dice la leyenda que serán felices para siempre y al parecer si es verdad o al menos eso quiero creer.
Dentro de los deportes de aventura, hice trekking lo que me permitió estar en contacto con la naturaleza y pude apreciar el paisaje de Matucana a sus anchas. Donde vi también dibujado entre el verdor de los cerros el rostro de Jesús y desde el otro lado la cara de un león.
Si me dieran la oportunidad de elegir nuevamente un lugar para irme de viaje, no dudaría en pensar en Matucana, una clara imagen de cómo es la sierra en el Perú a solo unos cuantos kilómetros de Lima.
Pero todo cambió un día de Mayo de este año, cuando en el curso de Comunicación Turística me mandaron de viaje a cualquier lugar. ¿Mi destino? Matucana, sin lugar a dudas un regalo de la naturaleza.
Matucana es un paraíso ecológico ubicado en el Valle del Río Rímac donde todos pueden disfrutar de las bondades naturales y de distintos deportes de aventura que volverán locos a más de uno. Pasando claro por su rica comida y sus tragos típicos. Claro que ir acompañada de tus amigos como lo hice yo, puede hacer más divertido el viaje.
Ir a Matucana es una experiencia única donde pude conocer La casa Gallo que dejó de ser habitada hace más de 100 años pero sigue igual de intacta, así como la Catarata de Antakallo, que si la vez con tu pareja, dice la leyenda que serán felices para siempre y al parecer si es verdad o al menos eso quiero creer.
Dentro de los deportes de aventura, hice trekking lo que me permitió estar en contacto con la naturaleza y pude apreciar el paisaje de Matucana a sus anchas. Donde vi también dibujado entre el verdor de los cerros el rostro de Jesús y desde el otro lado la cara de un león.
Si me dieran la oportunidad de elegir nuevamente un lugar para irme de viaje, no dudaría en pensar en Matucana, una clara imagen de cómo es la sierra en el Perú a solo unos cuantos kilómetros de Lima.
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