Este 15 de Agosto llegará con lágrimas y corazones rotos a la ciudad de Pisco, se dice que el tiempo lo cura todo pero la herida aun está abierta y el dolor que sienten los miles de damnificados del trágico terremoto de ya hace un año atrás, aún es inconsolable. ¿Qué se está haciendo al respecto? Pues nada. Es la misma historia de siempre, como aquella telenovela mexicana que ya todos conocen, la pobre se enamora del millonario, en este caso se espera a que algo terrible suceda para preocuparnos y empezar a sentir temor. 
El panorama en la ciudad Pisqueña es desolador. Niños jugando fuera de las carpas que a la vez les sirven de vivienda, mujeres que no dejan de derramar lágrimas recordando aquel terrible día y cientos de hombres que dan todo de si para poder sacar adelante a su familia, y es que no cabe duda que todos los peruanos se sintieron identificados con el dolor y la pena de sus compatriotas, pero lamentablemente el apoyo no ha sido suficiente.
Es necesario crear una conciencia preventiva ante la posibilidad de futuros desastres naturales para que historias como estas no se repitan, ya que si bien es cierto que no se puede hacer nada contra la furia de la naturaleza, al menos se puede estar precavido para no tener que estar lamentando grandes tragedias.
Gracias al apoyo nacional e internacional Pisco está saliendo adelante, se están construyendo nuevas escuelas, que es una de las cosas más importantes y ya se están culminando también, varias construcciones de casas y poco a poco se tratará de reconstruir esa bella ciudad.
Pisco ya no sonríe, está desconsolado y triste pero está lleno de una grandeza intangible que hará que aquella bahía salga nuevamente adelante y sigue manteniéndose como uno de los destinos preferidos por todos. Sólo queda seguir trabajando con ganas y continuar soñando que todo se arreglará, pues los sueños si se hacen realidad.
El panorama en la ciudad Pisqueña es desolador. Niños jugando fuera de las carpas que a la vez les sirven de vivienda, mujeres que no dejan de derramar lágrimas recordando aquel terrible día y cientos de hombres que dan todo de si para poder sacar adelante a su familia, y es que no cabe duda que todos los peruanos se sintieron identificados con el dolor y la pena de sus compatriotas, pero lamentablemente el apoyo no ha sido suficiente.
Es necesario crear una conciencia preventiva ante la posibilidad de futuros desastres naturales para que historias como estas no se repitan, ya que si bien es cierto que no se puede hacer nada contra la furia de la naturaleza, al menos se puede estar precavido para no tener que estar lamentando grandes tragedias.
Gracias al apoyo nacional e internacional Pisco está saliendo adelante, se están construyendo nuevas escuelas, que es una de las cosas más importantes y ya se están culminando también, varias construcciones de casas y poco a poco se tratará de reconstruir esa bella ciudad.
Pisco ya no sonríe, está desconsolado y triste pero está lleno de una grandeza intangible que hará que aquella bahía salga nuevamente adelante y sigue manteniéndose como uno de los destinos preferidos por todos. Sólo queda seguir trabajando con ganas y continuar soñando que todo se arreglará, pues los sueños si se hacen realidad.
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